Soy Carlos Jeldres Venzano. Ingeniero, Chileno, Chillanejo y fanático de Ñublense. El 11 de junio del 2016 dejé mi trabajo y comencé a perseguir mi sueño: dar la vuelta al mundo en bicicleta. 5 continentes, 5 años y más de 100 países. Bienvenidos al viaje de mi vida

Centroamérica Parte II: Honduras, Guatemala y Belice

Carlos Jeldres Venzano - enero 02, 2017




La segunda parte de Centroamérica fue de más a menos. Todo comenzó en Honduras, país que me cautivó, superando todas mis expectativas. Luego una pasada aceptable por Guatemala, donde creo que cometí el error de cruzarlo demasiado rápido. A pesar de eso, lo poco que estuve, lo disfrute a full, incluyendo la visita a la capital del mundo Maya, Tikal. Todo para terminar en Belice, país que se convirtió en el primero que podría  haber omitido de mi ruta y donde no tuve una linda pasada.

Honduras fue el punto de partida de la segunda etapa centroamericana, con los primeros 10.000 kms recién cumplidos. Le meta, desde que salí de Colombia, era llegar a Cancún para el año nuevo, por lo que los días de pedaleo fueron bastante intensos en esta etapa.

La primera meta era cruzar la cordillera centroamericana, que separa el Pacífico del Caribe, en el Atlántico. Si bien no es una montaña con máximos muy altos (1.500 msnm como máximo, poco al lado de la cordillera de los Andes por ejemplo), elegí la ruta más dura para llegar a Tegucigalpa, la capital catracha.
La ruta para llegar a Tegucigalpa. Pendientes de más de 15%, en
un camino de tierra y piedras...

...pero con un increíble paisaje
Teresa y su nieto Alejandro
No puedo decir que fue una mala decisión, ya que entre que creo que soy algo masoquista y el amor por los caminos duros, fue bastante desafiante, pero difícil.
Por este motivo me demore un día más en la ruta, pero en el camino, y como ha sido la tónica en todo latinoamerica, la gente me ha abierto las puertas de sus casas, me invitaron a dormir y a comer, probando los platos típicos de este país.

En Honduras, reina la inseguridad, y es uno de los países donde se concentran las tasas más altas de robos y homicidios, donde se ven a policías y guardias con gruesas escopetas como parte del paisaje.
Ya llegando a la capital, me alojo sin saberlo en la " zona caliente", donde está presente la Mara Salvatrucha, la pandilla más extendida y peligrosa de América Central. Recuerdo que mientras comía, se me acerca un señor, y en un diálogo bien surrealista me dice para tranquilizarme.: "que no me preocupara, que no me iban a robar, a la Mara de la zona no le gustan los robos, ellos se dedican al secuestro, extorsión y tráfico de drogas, pero no al robo".

Con esa tranquilidad y gracias a que conocí a Dalisse y Cynthia, pude salir de esa zona, y conocer el lado más lindo de Tegucigalpa y sus alrededores. A decir verdad, no es la capital más hermosa que he conocido, pero lo agradable de su gente, con su acento tan característico, le dan un toque único a la ciudad y sus alrededores.



Tegucigalpa

Comayagua y su famoso reloj y catedral
Luego del paso por Comayagua, donde está el reloj más antiguo de América, el lago de la Yojoa, llegué a San Pedro de Sula, la ciudad con la tasa de homicidios más alta del mundo, pero que a decir verdad, no me dio la impresión de ser tan peligrosa como se pinta.



Laguna de la Yojoa
Ya poco antes de salir del país, un importante hito. Por fin llegué al mar Caribe. Luego de 6 meses bordeando el Pacífico, llegué al Atlántico. Así, con la visión del mar, ahora a mi lado derecho, cruce hacia Guatemala, donde iniciaría mi penúltimo país del subcontinente.


Ruta hacia San Pedro de Sula


Después de 6 meses...el Atlántico!


Checkpoint Guatemala!
Guatemala, tal y como el resto de Centroamérica, atrapa con sus paisajes, pero acá me llamó la atención los infinitos tonos de verdes, y sus cerros que parecen sacados de una película.
Si bien Guatemala lo pensé originalmente como un simple paso hacia Belice o México, resultó que desviándose solo unos pocos kilómetros, podía llegar a la capital Maya: Tikal.





Guatemala y sus mil tonalidades de verde
Una de las cosas lindas que me pasó en Guatemala, y en particular en pueblos cerca de Tikal, fue el oír a la gente hablando entre ella en Quiche y otros tantos dialectos mayas, en unos de los países más diversos lingüísticamente del mundo.

Luego de pasar por la turística isla de Flores y Tikal, emprendí rumbo a la siguiente país, Belice.

Belice ha sido el país más "exótico" (por no decir Bizarro) que he visitado.

Atardecer en la isla de Flores


Resaca Guatemalteca



Hello Belice
En este pequeño país, la reina de Inglaterra está en todos sus billetes, se habla un inglés MUY particular (que recuerda un poco a los atletas jamaiquinos hablando,pero más extraño), aunque la mitad de la población también habla el español, lo hace igualmente con un acento único. La población tiene un fenotipo dsintito al del resto de Centroamérica por la inmigración negra recibida, pero lo que más me llamó la atención, fue que parecía un pueblo/país fantasma.



En Belice tenía 3 opciones, visitar sus islas, destino turístico muy popular entre estadounidenses y europeos, visitar las ruinas mayas o recorrer sus ciudades y su conocer su gente. Creo que el mundo maya lo pude recorrer en Guatemala o en México y para destinos turísticos, tendré harto tiempo, por lo que decidí pasar los días con el verdadero Belice y su gente.
Arribe un 25 de diciembre a su capital Belmopán, luego de pasar la navidad solo en la frontera de Guatemala con Belice.
Aunque parezca increíble, este es el centro de la capital, Belmopán
Nunca en mi vida había visto una capital así, era un desierto. El panorama se repitió en todas las ciudades medianas que recorrí, por lo que me encantaría comentar mucho más del país, pero sería mentir. Además de todo lo anterior, me costó encontrar lugares donde dormir, teniendo que usar mi carpa rotá para dormir bajo la lluvia. Ya al momento de salir del país, me entero de que debo pagar 20 dólares solo por cruzar la frontera...

Tuve que dormir con la bicicleta dentro de la carpa para no mojarme tanto.
Una de las peores noches del viaje.
Cuando crucé la frontera con México y entré a un nuevo subcontinente, América del Norte,  me sentí nuevamente en casa. Mi paso por Belice fue una especie de mal sueño que afortunadamente solo duró un par de días. De todas formas, jamás pensé que todo sería color de rosa, y ya en perspectiva, me río de haber tenido que dormir como dormí o en general de las cosas malas que pasan.

En fin, la siguiente ruta tiene incorporado un nuevo destino, cruzaré luego de la península del Yucatán en México, la isla de Cuba! Así que quedan todavía un par de años de aventura, los cuales se están peligrosamente extendiendo, jeje.


Con Joel, quien me acompañó unos kilómetros antes de entrar a Tegucigalpa.















La Pupusa Hondureña. Base de mi alimentación en el paso por este país.
Me da hambre de solo ver las fotos.











Con Cynthia y Dalisse

Desayuno Guatemalteco























Su amor a la reina, dado su condición de ex colonia británica



Centro de Belmopán


Camino al aeropuerto de Belmopán

Desayuno Beliceño





Ruta hasta ahora


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