Cuba
Mientras pedaleaba por centroamérica, cada vez que revisaba mi GPS no me aburría de mirar la cantidad de islas que había a tan pocos kilómetros al Este, separados únicamente por el mar del Caribe.
De todas las islas disponibles, reduje las alternativas a tres: Cuba, La Española (isla compartida por República Dominicana y Haiti) y Puerto Rico.
Con las piernas frescas, la meta era cruzar Cuba de punta a punta, simulando lo que fue el último adiós de Fidel Castro, desde La Habana, capital ubicada en el Oeste del país, hasta Santiago de Cuba, en el Oriente, rematando con un largo de 140 kms en Holguín, ciudad donde me embarcaría a Estados Unidos.
Una travesía de más de 1.000 kms, donde buscaba visitar la mayor cantidad de pueblos posibles.
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La Ruta. más de 1.000 kms por tierra desde La Habana, hasta el Oriente del país. |
El pasar de estar hiperconectado con todo mi entorno, a estar en uno de los pocos puntos aislados tecnológicamente del planeta en un principio fue complicado pero después, como coincidimos todos los viajeros que conocí, te acostumbras e incluso libera un poco.
La Habana. Plaza de la revolución y centro histórico. |
Muriendo de ganas de pedalear, y dejando atrás al agradable grupo de amistades que hice en Habana, era momento de (por fin!) empezar el pedaleo en ruta.
Primera meta, ciudad de Cienfuegos, donde me alojaría donde Ángel con quien coincidimos en Chile, primera persona cubana que conocí.
Soportando el calor, el humo denso y negro proveniente de los automóviles de hace 6 décadas y el regular estado de la ruta, quedé a mitad de camino de Cienfuegos; hora de golpear por enésima vez una puerta y pedir permiso para acampar en el patio, todo en medio de un área prominentemente rural.
Acá aprendí otra diferencia de Cuba con el resto del mundo: es ilegal alojar a algún extranjero. Así como suena. Ilegal.
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Solo las casas que tienen ese símbolo afuera, pueden alojar extranjeros. De otra manera es ilegal |
El señor a quién le pedí acampar me explicó que se exponía a graves problemas (como si ya no tuvieran demasiados) en caso de alojar a un extranjero, por lo que obviamente entendí su situación, y a pesar de lo poco probable de ser detectados por un policía, lo mejor era no correr el riego.
Pues ni modo! Hora de acampar en medio de la nada como de costumbre, no sería ni la primera ni la última vez.
En eso estaba cuando en medio de la noche me divisa una persona, Osmel.
Me hace aquella pregunta que más me han hecho desde que salí de Chile: "Usted está loco al hacer esto?"...
Cuba, a pesar de la enorme brecha económica de este país con el resto del mundo, fue un país en el que jamás me sentí en riesgo de ser robado y ganada tiene su fama de segura.
A pesar de lo anterior, Osmel me dijo que no era necesario correr riesgos, que podía ir a su casa con su familia.

Ya lo he mencionado en post anteriores, la gente más humilde es aquella que está más dispuesta a compartir orgullosamente lo suyo, pero en Cuba se me quedó corta esa frase.
Profunda conversación, donde me contó como hace unos años estuvo a metros de llegar en lancha refugiado a los Estados Unidos, pero a metros de la costa de Florida, fue interceptado por patrullas de control fronterizo, siendo devuelto a Cuba.
A pesar de todo, él estaba tranquilo. Más que resignado, tranquilo. Esa, es otra característica transversal al cubano. A pesar de todo lo que puedan sufrir, con todas las limitaciones económicas y políticas, son de las personas más resilientes que he conocido, admirables.
Siguiendo la ruta pasé por Cienfuegos, donde me recibió la abuela de Ángel. Que mujer más amable; me sentí por una noche donde mi abuela, donde parece ser un problema generacional el sobrecalcular el nivel de comida que un ser humano puede ingerir.
Revolucionaria de tomo y lomo, me explicó los beneficios del pueblo bajo el sistema actual. Me comentó varias cosas, sobre como funciona el sistema de venta de alimentos subvencionado del gobierno; sí es cierto que nadie muere de hambre, ya que acceden a precios rídiculamente bajos para la canasta básica y otros aspectos como la gratuidad universal en la educación.
Mientras pedaleaba, algo me llamó la atención. Dos de las grandes cosas que amo de viajar, son apreciar los paisajes de los países mientras atravieso sus carreteras y probar sus comidas típicas.
La comida era más bien plana, creo que nunca en mi vida comí tanto arroz o su variante más consumida el "congrís" (arroz y frijoles negros).
Sus paisajes, si bien eran bonitos, no eran nada del otro mundo, algo de verde por occidente y paisajes muy secos con algunas pocas montañas en oriente, poco comparado con el resto de latinoamérica, donde cada país de la faja continental tenía paisajes increíbles.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, el valor que tiene el país por su gente y su historia compensa con creces esos dos "detalles".
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Trinidad. Patrimonio de la humanidad |
Porque resulta que habían estudiado en la universidad, y tal como pasa en el resto de Cuba, es muy común que el conductor del taxi resulte ser ingeniero o que el dueño de un negocio pequeño, es un médico.
Porque el sueldo promedio anda por los 20 dólares con suerte, uno de los más bajos del mundo. Entonces resulta fácil notar que, por más que el transporte esté subsidiado (un bus urbano, cuesta alrededor de 15 pesos chilenos, algo así como 2 o 3 centavos de dólar) o la comida, existen otras necesidades, y con vender una sola de sus artesanías, o hacer un buen recorrido en taxi, ganaban más que en sus empleos.
Sin embargo, noté que el tipo de educación cubana es diferente al chileno, más orientado a formar personas antes que máquinas, como en gran parte del mundo.
El cubano medio es tremendamente culto. En Chile he visto ingenieros de las mejores universidades cometiendo no errores, sino que horrores ortográficos, o en general, que no saben mucho de lo que ocurre en el mundo ni en su propio país, viven y están formados para generar dinero como máquinas, como una parte más del engranaje. No así el cubano.
En eso estaba, pedaleando con viento en contra (como casi durante todo Cuba) en mi último día donde remataba en Santiago, principal centro urbano de oriente, cuando sin darme cuenta, me alcanzan cuatro ciclistas canadienses. Se ofrecieron amablemente a cortarme el viento, cuando ya veía difícil llegar con las piernas en buenas condiciones a Santiago.
..Y ahí apareció frente a mí. Santiago de Cuba. Lugar del palacio Moncada, donde se inició la revolución, donde está la tumba de Fidel. Misión cumplida en el país.
Acá me quedé varios días, recuperé las piernas, recorrí varios lugares de la ciudad, conocí la fiesta, hice varias amistades, pero a decir verdad, ya necesitaba un poco del resto del mundo.

Y así, luego de un largo de 140kms hacia la ciudad de Holguín, se acabó la aventura cubana.
Porque encontrar leche saborizada, pollo deshuesado, barras de cereal...o cualquier cosa que no sea de primera necesidad es una misión que va desde lo difícil hasta lo imposible; el desabastecimiento en supermercados y establecimientos es tremendo.
Porque ya necesitaba tener internet para estar comunicado con resto del mundo.
Porque creo que casi tres semanas fueron suficientes para conocer de primera fuente como funcionan las cosas en Cuba. Amado por algunos, odiado por otros, una experiencia que me permitió ver cosas muy buenas...pero también de las otras.
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Team La Habana. Casi todos estadounidenses, con quienes compartimos un par de noches en La Habana. |
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A solo un par de meses de su fallecimiento, la tumba de Fidel Castro se ha convertido en un lugar imperdible dentro de Santiago de Cuba, la cuna de la revolución. |
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Espectáculos como estos, a precios bajísimos, eran comunes en casi todas las ciudades medianas y grandes. |
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En Cuba no se ve publicidad en las calles ni en los periódicos. La única forma de publicidad es propaganda pro régimen y pro revolución. |
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Periódicos del día que murió Fidel Castro, consiguiendo algunos para el recuerdo. |